LO PENSE EN LA SEMANA
El transito humano por el mundo
es sin lugar a dudas una corrección
constante de errores y superación de estados espirituales ya alcanzados. La
anterior afirmación es tan cierta que encontramos dos grupos: Sabios, gente rica, sana, alegre, de progreso, gente que ayuda al prójimo sin esperar nada a
cambio, también encontramos, gente
pobre, enferma, lastimados, sin horizonte. En los dos grupos vibra sin freno el
deseo de superar el estado en que se encuentren ya sea material o espiritual y lo
hacen desde su propia perspectiva de vida. Individualmente es necesario
analizar si algún grupo religioso, político, cívico, de ayuda a la comunidad
etc, aprovecha el deseo de superar metas alcanzadas o no alcanzadas para
esclavizarnos con sus doctrinas, mensajes subliminales, mensajes amenazadores de destrucción si no aceptamos
sus prédicas. Existe una especie de energía que une el pensamiento de todos los
miembros de un grupo en uno solo, el cual es administrado hábilmente por el líder,
limitando nuestra capacidad de crecimiento intelectual solo permitiendo crecer
en los porcentajes que el líder o líderes del grupo acepten. Para pertenecer a
estos grupos(religiones, grupos de oración, sectas religiosas etc.) nos piden
renunciar casi a todo y nos ofrecen este mundo y el otro que nos llegara con
seguridad en el futuro, solo debemos pedir, pedir, pedir, con el peligro que
nuestro presente quede comprometido con el pensamiento del grupo, desarrollándonos
la idea que todo está conseguido pero lo
disfrutaremos en el futuro negándonos por lo tanto escudriñar en el inmenso
universo del conocimiento espiritual impidiéndonos ser lo que somos seres de
luz, DIOSES. La Biblia en Génesis 1 versículos 26 y 27 lo afirma de forma absoluta.
Otro gran peligro al que nos exponemos buscando soluciones fuera de nosotros,
son las fronteras que se marcan y definen el grupo, todo lo que este fuera de
las fronteras del grupo no sirve es maligno, daña el futuro soñado. Esas gentes
no merecen nuestra consideración grita a todo momento el líder.
Invito a todo el que lea estas líneas
a reconsiderar su parte interna, examinar
su Divinidad, llamar, esperar su respuesta, ser responsables de todo lo que nos
pasa, los únicos responsables de lo bueno o malo que nos suceda somos nosotros,
de esta realidad se desprende la gratitud, debemos agradecer al Altísimo por lo
bueno y por lo malo. Y finalmente una reflexión. Por cada suceso ocurrido
debemos decirle al Altísimo, gracias, gracias, gracias, independiente de lo que
nos esté ocurriendo y preguntarle a nuestro ser interior para que se creo esto,
que me enseña o que me evita y no porque me sucede esto o aquello.
Alguien hizo la siguiente
analogía para explicar la afirmación que somos dioses, seres divinos
Dios es el mar, nosotros una gota
de ese mar, luego no somos el Dios absoluto pero si contenemos todas las
propiedades de Dios, como las contiene una gota de ese mar.
Julio 20/13
CARF ZARP